80 - El Ceño ()

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(1) [¡Oh, Mujámmad!] Frunciste el ceño y le diste la espalda

(2) al ciego cuando se presentó ante ti.
Referencia a cuando ‘Abdullah Ibn Umm Maktum, que era ciego, interrumpió al Profeta, que la paz y las bendiciones de Dios sean con él, que estaba predicando el Islam a los nobles de la tribu de Quraish.

(3) ¿Cómo sabes que no quería purificarse [aprendiendo de ti el conocimiento],

(4) o beneficiarse con tus enseñanzas?

(5) En cambio, al soberbio

(6) le dedicaste toda tu atención.

(7) Pero tú no eres responsable si él rechaza purificarse [de la idolatría, ya que tu obligación solo es transmitir el Mensaje].

(8) En cambio, aquel que se presentó ante ti con deseos [de aprender],

(9) teniendo temor de Dios,

(10) te apartaste de él.

(11) No lo vuelvas a hacer, porque este Mensaje es para toda la humanidad.

(12) Quien quiera, que reflexione y obre acorde a él.

(13) Pues el Mensaje está registrado en páginas honorables,

(14) distinguidas y purificadas,

(15) en manos de [ángeles] encargados de ejecutar las órdenes de Dios,

(16) nobles y obedientes.

(17) El ser humano se destruye a sí mismo con su ingratitud.

(18) ¿Acaso no sabe de qué ha sido creado?

(19) De un óvulo fecundado, que crece en etapas según lo [que Él ha] establecido.

(20) Luego le facilita el camino.

(21) Luego lo hace morir y ser enterrado.

(22) Finalmente lo resucita cuando Él quiere.

(23) Pero a pesar de esto no cumple con los preceptos que se le ordenan.

(24) El ser humano debería reflexionar sobre su alimento:

(25) Hice descender el agua en abundancia,

(26) luego hice que la tierra brotara.

(27) Hice surgir de ella granos,

(28) vides, hierbas,

(29) olivos, palmeras,

(30) huertos frondosos,

(31) frutos y forraje

(32) para beneficio de ustedes y de sus rebaños.

(33) El día que llegue el estruendo terrible [comenzando el fin del mundo],

(34) el ser humano huirá de su hermano,

(35) de su madre y de su padre,

(36) de su esposa y de sus hijos.

(37) Ese día cada uno estará preocupado por sí mismo.

(38) Ese día habrá rostros radiantes,

(39) risueños y felices [por haber alcanzado la salvación].

(40) Pero habrá otros rostros ensombrecidos,

(41) apesadumbrados [por haber merecido la condena al Infierno].

(42) Esos serán los que rechazaron el Mensaje y los transgresores [de la ley].