(1) 1. Te he otorgado, Mensajero, una clara victoria mediante el Tratado de Hudaibiia.
(2) 2. A fin de que Al-lah pueda perdonarte tus pecados antes y después de esta victoria, y completar Su favor hacia ti al ayudar a tu religión y guiarte por el sendero recto, en el que no hay imperfección, que es el camino del Islam.
(3) 3. Al-lah te socorrerá contra tus enemigos con una ayuda poderosa que nadie podrá destruir.
(4) 4. Al-lah es el que envió estabilidad y tranquilidad a los corazones de los creyentes para que aumenten en fe por encima de su fe. Solo a Al-lah pertenecen los ejércitos de los cielos y de la tierra, Él sostiene con ellos a quien de entre Sus siervos desea. Al-lah conoce los intereses de Sus siervos y es Sabio en el auxilio y el apoyo que brinda.
(5) 5. Al-lah introducirá a aquellos hombres y mujeres que creen en Al-lah y en Su Mensajero en jardines con arroyos que fluyen por debajo de sus palacios y árboles, y eliminará sus errores y no los tendrá en cuenta. Lo que se ha mencionado (sobre el logro del objetivo del Paraíso y la eliminación de la temible culpabilidad por las malas obras), es un gran éxito que no tiene comparación.
(6) 6. Al-lah castigará a los hipócritas, hombres y mujeres, y a aquellos que atribuyen socios a Al-lah, así como los que piensan que Al-lah no asistirá a su religión y que la fortuna se volverá contra los creyentes. Sin embargo, la fortuna se volvió contra ellos. Al-lah se enojó con ellos debido a su incredulidad y su pensamiento malvado, los expulsó de Su misericordia y les preparó el Infierno en el Más Allá, en el que entrarán para permanecer allí para siempre. ¡Qué miserable lugar de retorno para ellos!
(7) 7. A Al-lah pertenecen los ejércitos de los cielos y de la Tierra. Con ellos sostiene a quienes desea de entre Sus siervos. Al-lah es Poderoso, es Aquel a Quien nadie puede vencer. Él es Sabio en su creación, decreto y planificación.
(8) 8. Te he enviado, Mensajero, como testigo para dar testimonio contra tu nación en el día de la resurrección, y para dar buenas noticias a los creyentes sobre la victoria y el empoderamiento que Al-lah ha preparado para ellos en el mundo, y sobre la dicha que Él ha preparado para ellos en el Más Allá. También se te he enviado para advertir a los incrédulos de la humillación que Al-lah ha preparado para ellos en este mundo, y el doloroso castigo que les espera en el Más Allá,
(9) 9. Con la esperanza de que crean en Al-lah y en Su Mensajero, reverencien y honren a Su Mensajero, y que glorifiquen a Al-lah al principio y al final de cada día.
(10) 10. Mensajero, aquellos que te hacen el juramento de fidelidad de Al-Ridwan para combatir a los idólatras de La Meca, están prometiendo lealtad a Al-lah, porque Él es el que los instruyó para luchar contra los idólatras y Él es el que les concederá su recompensa. La mano de Al-lah está sobre sus manos en el momento de la promesa y Él es consciente de ella. Nada de lo que hacen está oculto. Quien rompa su promesa y no cumpla con el juramento que hizo con Al-lah para ayudar a Su religión, entonces su incumplimiento será en su propio detrimento. Al-lah no se perjudicará por ello. A quien cumpla su promesa a Al-lah de ayudar a Su religión, Al-lah le otorgará una gran recompensa, que será el Paraíso.
(11) 11. Mensajero, aquellos árabes del desierto a quienes Al-lah había evitado que te acompañaran en su viaje a Su Casa, dirán cuando les reproches: “Cuidar de nuestra riqueza y de nuestros hijos nos mantuvo ocupados, de modo que no pudimos salir contigo. Así que pídele perdón a Al-lah en nuestro nombre por nuestros pecados”. Dicen con sus bocas lo que no sienten en sus corazones al pedirle al Profeta r que busque el perdón por ellos, porque no se han arrepentido de sus pecados. Diles: “Si Él desea el bien o el mal para ustedes, nadie puede hacer nada por ustedes contra Al-lah. Al-lah está bien consciente de lo que hacen. Ninguna de sus obras está oculta para Él, no importa cuánto traten de esconderlo”.
(12) 12. La excusa de estar ocupados cuidando de su riqueza y de sus hijos no fue la razón para no ir junto al Profeta. Más bien, pensaron que el Mensajero y sus compañeros morirían y que no volverían con sus familias a Medina. Satanás hizo que esto pareciera estar bien en sus corazones, y pensaron acerca de su Señor que no ayudaría a Su profeta. Se arruinaron a causa del pensamiento malvado que tuvieron sobre Al-lah y por no acompañar a Su Mensajero.
(13) 13. La persona que no cree en Al-lah y en Su Mensajero es un incrédulo. He preparado, en el Día de la Resurrección, para aquellos que niegan a Al-lah, un Infierno ardiente en el cual serán castigados.
(14) 14. Solo a Al-lah pertenece el control de los cielos y de la Tierra. Él perdona los pecados de aquellos siervos a quienes Él quiere, y los introduce al Paraíso mediante Su gracia. Él castiga a aquellos siervos a quienes quiere con justicia. Al-lah perdona los pecados de Sus siervos que se arrepienten ante Él y tiene misericordia de ellos.
(15) 15. Aquellos que se negaron a participar de la batalla (cuando los creyentes partieron para tomar el botín de Jaibar, que Al-lah había prometido después del Tratado de Hudaibiia) dirán: “Déjennos salir con ustedes para obtener algo de ello”. Estas personas que se negaron a participar del esfuerzo quieren cambiar, con esta petición, la promesa que Al-lah hizo a los creyentes después del Tratado de Hudaibiia de otorgarles el botín de Jaibar. Diles, Mensajero: “Nunca participarán de los botines, porque Al-lah nos ha prometido que los botines de Jaibar son solo para aquellos que estuvieron presentes en Hudaibiia”. Ellos dirán: “Su prevención de que los sigamos hasta Jaibar no es una instrucción de Al-lah, sino porque están celosos de nosotros”. Pero no es así. Ellos no entienden las órdenes y las prohibiciones de Al-lah sino un poco y, por eso, han caído en el pecado.
(16) 16. Mensajero, diles a los beduinos que no viajaron a La Meca contigo, y pruébalos: “Pronto serán llamados a luchar contra un grupo fuerte y valiente de personas por la causa de Al-lah, o puede que entren al Islam sin luchar. Si obedecen a Al-lah cuando se les invite a luchar contra ellos, Él les concederá una buena recompensa como el Paraíso, pero si se apartan de Su obediencia, al igual que se alejaron y no viajaron con el Mensajero a la Meca, Al-lah les infligirá un castigo doloroso”.
(17) 17. No comete pecado una persona que está excusada debido a la ceguera, discapacidad o enfermedad, si no lucha por la causa de Al-lah. Quien obedezca a Al-lah y a Su Mensajero será introducido en jardines, en donde hay árboles y palacios bajo los que fluyen ríos. Mientras que a quien se aleje y no Le obedezca, Al-lah le infligirá un castigo doloroso.
(18) 18. En verdad, Al-lah quedó complacido con los creyentes cuando te prestaron su juramento en Hudaibiia, conocida como Bay'at Al-Ridwan debajo del árbol. Al-lah sabía de la fe, la sinceridad y la honestidad de sus corazones y envió tranquilidad a sus corazones, y los recompensó por ello con una victoria en un futuro cercano, es decir, la victoria sobre Jaibar, como un consuelo para aquellos que no pudieron entrar a La Meca.
(19) 19. También les concedió cuantiosos botines que tomaron de la gente de Jaibar. Al-lah es el Todopoderoso a quien nadie puede vencer; El sabio en su creación, decreto y dirección.
(20) 20. Creyentes, Al-lah les promete que obtendrán muchos botines en futuras victorias, pero les concedió los de Jaibar por adelantado y detuvo las manos de los judíos cuando intentaron esclavizar a sus hijos en su ausencia. Al-lah lo ha hecho para que estos botines que recibieron por adelantado se conviertan en una señal para ustedes de la ayuda de Al-lah y Su apoyo. Al-lah los guía a un camino recto en el que no hay desviación.
(21) 21. Al-lah les promete un botín que aún no han podido alcanzar. Solo Al-lah es capaz de que los obtengan. Son parte de los planes y conocimientos de Al-lah. Al-lah es capaz de todo, nada está fuera de Su poder.
(22) 22. Creyentes, si aquellos que no creyeron en Al-lah y en Su Mensajero los hubieran combatido, les darían la espalda y huirían derrotados. No encontrarían a ningún protector que se ocupara de su asunto, ni a ningún ayudante que los ayudara a luchar contra ustedes.
(23) 23. La victoria de los creyentes y la derrota de los incrédulos se repite en todo lugar y época, es una costumbre divina de Al-lah que prevalece y se ha cumplido en las naciones anteriores. Mensajero, no encontrarás ningún cambio en la costumbre divina de Al-lah.
(24) 24. Al-lah impidió que las manos de los idólatras los alcanzaran cuando cerca de setenta hombres vinieron a Hudaibiia con la intención de hacerles daño. Al-lah también los protegió a ellos de ustedes. No los mataron ni les hicieron ningún daño, sino que los liberaron después de que Al-lah hizo posible que los capturaran. Al-lah está atento a sus acciones, ninguna de ellas Le son ocultas.
(25) 25. Ellos son los que no creyeron en Al-lah ni en Su Mensajero, y no permitieron que ustedes y los animales para el sacrificio llegaran a Al-Masyid Al-Haram. Si no hubiera sido por unos pocos hombres de fe que ustedes no sabían que eran creyentes, y que al matar a los incrédulos también podrían haber matado creyentes, y así hubieran incurrido en pecado y tenido que pagar por el derramamiento de sangre sin saberlo, Al-lah les habría permitido liberar La Meca para que pudieran alcanzar con Su misericordia a quien Él quisiera. Si los incrédulos se distinguieran de los creyentes en La Meca, Al-lah definitivamente habría castigado a los que no creían en Él y en Su Mensajero con un castigo doloroso.
(26) 26. Recuerden cuando aquellos que no creyeron en Al-lah y en Su Mensajero abrigaron en sus corazones el orgullo de la ignorancia. Una ignorancia que estaba vinculada a los deseos y no a la verdad. Rechazaron altivamente la llegada del Mensajero de Al-lah r a La Meca, el año del tratado de Hudaibiia, porque temían y le culpaban de que él los dominaría y tomaría el control. Por lo tanto, Al-lah envió tranquilidad de Su parte al Mensajero y a los creyentes para que su ira no los llevara a confrontar a los idólatras con las mismas acciones. Al-lah hizo a los creyentes firmes en la declaración de verdad “no hay nada digno de adoración a excepción de Al-lah”, y los mantuvo firmes en cumplir con sus compromisos. Los creyentes eran más dignos de esta declaración que otros, y lo merecían más debido a la bondad en sus corazones que Al-lah conocía. Al-lah es consciente de todo, nada está oculto de él.
(27) 27. Al-lah hizo que se cumpliera la visión de Su Mensajero, quien la tuvo mientras dormía y luego la informó a sus compañeros. El sueño consistía en que él y sus compañeros entraban a la casa sagrada de Al-lah a salvo de sus enemigos, algunos de ellos se habían rasurado la cabeza y otros solo se habían recortado el cabello, lo que indicaba que habían completado sus ritos de peregrinación. Creyentes, Al-lah conoce algunas ventajas que ustedes desconocían, y así, en lugar de convertir el sueño en realidad dejándolos ingresar a La Meca ese año, les concederá una victoria en el futuro cercano, como fue la celebración del tratado de Hudaibiah y la conquista de Jaibar a manos de los creyentes que habían estado en Hudaibiia.
(28) 28. Al-lah es quien envió a Su mensajero Mujámmad r con un mensaje claro y una religión verdadera: la religión del Islam, para que prevalezca sobre todas las religiones. Al-lah lo ha dicho y es suficiente como testigo.
(29) 29. Mujámmad, el Mensajero de Al-lah, y sus compañeros, son estrictos con los incrédulos combatientes, pero misericordiosos, afectuosos y amistosos entre ellos. Los verás inclinarse y postrarse, buscando que Al-lah los bendiga con perdón, una recompensa generosa y la complacencia de Al-lah. Tienen una huella en sus rostros como resultado de postrarse en obediencia a Al-lah. Así es como han sido descritos por la Torá: el libro que fue revelado a Moisés u. En cuanto a su mención en el Evangelio que se reveló a Jesús, se les compara en su ayuda mutua y a la perfección como cultivos que han emergido como pequeños, luego se fortalecen y se ponen de pie, complaciendo a los agricultores con su fuerza y perfección. Este ejemplo es para que los incrédulos se indignen con la fuerza, la firmeza y la perfección que ven en los creyentes. Al-lah les ha prometido el perdón de sus pecados a aquellos de los compañeros que tienen fe y que hacen buenas obras y recibirán una gran recompensa de Su parte en el Paraíso.